La Torre de Ordás, construida en torno al siglo XV, sirvió a la defensa del Reino de León. A día de hoy, parcialmente conservada, se eleva cilíndrica adueñándose del paisaje y dando cobijo a las aves que anidan en sus recovecos.
Es ejemplo de arquitectura militar, construida de mampostería y piedra de sillería. Tuvo, según se lee en la estructura, cinco plantas. Cuenta la leyenda, que ha de ser tomada como tal, que fue éste escenario de un asesinato, el de Don Ares de Omaña a manos de su tío Don Pedro Suárez de Quiñones. No parece encontrar la leyenda apoyo documental, pero el relato forma parte del patrimonio cultural del pueblo.
No parecía muy de acuerdo Don Ares con que su tío levantara un torreón en la capital leonesa (la de los Condes de Luna) y logró dar freno al proyecto, lo que le valió el odio de su tío que, con ánimo de venganza, promovió la visita del joven omañés a sus posesiones de Ordás, todavía entonces bajo el dominio de los Condes de Luna.
Allí le tenía preparado el engaño y, tras mostrarle un rostro amistoso, acabó matando a su sobrino cuyo cuerpo, se dice, fue lanzado en un saco desde la Torre de Ordás.