Situada cerca del pueblo, se alza en un llano despoblado conocido como “los Villares”.
Los expertos datan su construcción en el siglo II, lo que la situaría en la misma época en que los romanos grabaron las lápidas de Villalís, hoy conservadas en el Museo de León.
La torre está compuesta de nueve vanos y tiene otras cuatro entradas de ojiva.
El grosor de sus muros e imponente, de dos metros en la parte bajo.
En las inmediaciones de su asentamiento se aprecian los muros semienterrados de la fortaleza. Se considera que en el siglo XVI fue usada como edificio religioso. Parece ser que hubo un pueblo entorno a esta iglesia llamado Vega, al que pertenecerían los numerosos restos humanos y las losas de enterramientos que se han descubierto en la zona.