El Santuario de la Virgen de la Peña se asoma al denominado ‘balcón del Bierzo’ desde lo alto del monte Turcia, un barranco que se abre a unas imponentes vistas de la comarca.
Desde aquí se puede contemplar el circo montañoso que rodea a la hoya berciana en cuyo corazón emerge este monumento, cuyos orígenes se remontan a una pequeña ermita del siglo XIII que, ubicada en el Viejo Camino de Santiago, o Camino de la Montaña u Olvidado, fue objeto de numerosas ampliaciones.
Alcanzó su máximo esplendor entre los siglos XIV y XVIII, albergando incluso un convento, pero los conflictos bélicos de los siglos XIX y XX derivaron en decadencia, abandono y, finalmente, en 1936, destrucción entre las llamas.
La reconstrucción del santuario fue un ansiado objetivo para el pueblo, pero el deseo no se cumplió hasta que en 1957 la familia alemana Honingman-Bayer lo hizo posible, una reconstrucción que afectó sobre todo al interior del templo.
La primitiva ermita se había convertido a finales del siglo XVI en todo un complejo que daba cobijo a niños expósitos, necesitados y peregrinos. Y a partir de esta fecha fue además Convento de Canónigos Regulares de San Agustín. Pero el siglo XIX, con la invasión por parte de las tropas napoleónicas, comenzó el declive hoy restaurado en parte.
Actualmente solo la iglesia y algunas ruinas del antiguo convento resisten en pie.