El santuario de Nuestra Señora de Camposagrado data del siglo XVI, aunque con reformas posteriores, del siglo XVII. Tiene una sola nave, una puerta lateral al exterior y una espadaña con cruz. Cada año, el 8 de septiembre, se celebra su fiesta conmemorativa. Además, el segundo fin de semana de junio tiene lugar una tradicional rogativa declarada de Interés Turístico Provincial para pedir lluvia para los campos organizada por los Ayuntamientos de Carrocera y Rioseco de Tapia, cuyos límites territoriales se encuentran en el santuario de Camposagrado.
También la leyenda rodea a este monumento. Dicen que en este se produjo una batalla entre las tropas de Pelayo y los árabes allá por el año 722. Una estrategia del capitán Colinas habría dado la victoria a los de Don Pelayo. Consistió en excavar trece grandes pozos para poder ocultar en cada uno a 50 soldados con los que sorprender a los moros. Multitud de cadáveres de cristianos quedaron sobre la extensa llanura, cuenta la leyenda que añade que el arzobispo Urbano, que acompañaba a Pelayo, consagró el lugar como Campo Santo y se construyó una ermita donde el asturiano depositó una imagen de Nuestra Señora que llevaba entre sus pertenencias y que había traído de Toledo.
Sobre estos pozos también existen otras teorías, como que son túmulos funerarios megalíticos víctimas de saqueos.