Dentro del Programa MAB, `Hombre y Biosfera´, en el seno de la UNESCO, surgió la figura privilegiada de Reserva de la Biosfera para reconocer lugares superiores, excepcionales, únicos, lugares en los que se busca alcanzar el equilibrio entre el hombre y su entorno.
Un título que no se otorga, que se gana, pero que también puede quedar en una mera ilusión si se cae en el conformismo del reconocimiento, pero León, se ha convertido en baluarte de su protección.
Excepcionalidad que se ofrece como la excusa perfecta para descubrir los múltiples rincones que atesoran sus siete Reservas de la Biosfera, ocupando de forma mayoritaria los cerca de doscientos kilómetros del norte de la provincia, todas ellas bajo la influencia de la Cordillera Cantábrica.
Siete territorios unidos en una singular franja y con una personalidad natural tan fascinante que convierten a nuestra provincia en la mayor concentración de Reservas de la Biosfera del mundo.