Ubicado en la localidad de Vega de Espinareda, la primera construcción del monasterio data de finales del siglo IX o comienzos del X, aunque no se conservan restos originales.
La actual edificación es de 1778 y 1780, según se cita en su fachada.
Su construcción se debe a monjes provenientes del monasterio de Ageo, en Zamora, que siguieron a San Genadio.
El monasterio mantuvo una gran prosperidad gracias a la fertilidad de las tierras que rodean al río Cúa, y a los privilegios que le otorgaron los reyes de León.
Su decadencia comenzó en el siglo XVII, cuando se redistribuyó la riqueza del monasterio entre los abades y familiares, y con la desamortización de 1836, que le desposeyó de todas sus tierras.
Fue en este siglo cuando se produce una remodelación total del edificio que le otorgó el estilo neoclásico que pervive actualmente. Sobresalen en el exterior las dos esbeltas torres, divididas en cuatro cuerpos, el superior con amplios vanos para las campanas y acabadas en artístico remate de piedra con cruz de forja.
El cuerpo central de la fachada lo forma una sobria portada rectangular con puerta adintelada, sobre ella, una orla bellamente decorada contiene el epígrafe de la última reconstrucción de la iglesia.
Encima de la inscripción, en una hornacina, está la estatua de San Andrés, patrono del monasterio desde el momento de su fundación.
La fachada principal del monasterio, del siglo XVI ocupa la parte derecha anexa a la iglesia.
Próxima al monasterio, se encuentra la famosa Fuente de la Vida, construida en 1742, de la que según marca la tradición, si se bebe su agua siete veces se conserva la salud para siempre.