León

En la última mitad del siglo I a.C., Roma se asienta de manera permanente en el territorio provincial, una vez finalizadas las Guerras Cántabras. Los romanos utilizarían la mano de obra indígena para trabajar en las múltiples minas que se repartieron por toda la geografía leonesa, acompañadas de una completa red de comunicaciones, administración y abastecimiento. De este modo nació en el 68 a.C. la ciudad de León, tras su regreso a Hispania de la Legio VII Gemina Pia Felix, aunque los últimos yacimientos arqueológicos adelantarían la fundación unos años, a cargo de la Legio VI Victrix. Hasta el siglo III la ciudad de León sería el principal centro militar y político del noroeste de la Península Ibérica.

León fue conquistado en el año 714 por los árabes hasta que Alfonso I la anexionó en el 754. En 914 Ordoño II trasladó definitivamente la capital de Oviedo a la ciudad de León convirtiéndola en el núcleo urbano más importante de la cristiandad peninsular.

El comienzo del siglo XI sería testigo de una época de florecimiento social y político que se reforzó con el Camino de Santiago. En estos años se edificó la Real Basílica de San Isidoro de Sevilla, maravilla románica bajo cuyas bóvedas policromadas tiene sepulcro el santo hispalense y es morada eterna de los reyes, reinas e infantes de León.

Entre los muchos hitos que salpican la historia del Reino, destaca el período de Fernando III “El Santo”, quien unificaría el poder leonés y castellano en 1230 y ordenaría la construcción de la catedral de León, inspirada en la catedral francesa de Reims. De esta sobresalen sus torres y arbotantes, además de los cientos de vidrieras que la convierten en una verdadera joya de luz y arte, y en una de las obras de referencia del gótico español.

La ciudad posee además otros muchos monumentos reconocidos: las murallas romanas y la cerca medieval, la casa de Botines, obra del arquitecto Gaudí, el palacio de los Guzmanes, el palacio del Conde Luna y el convento de San Marcos, erigido en el siglo XII como hospital de peregrinos y punto desde el que se bifurca el Camino Francés y el Camino del Salvador.

Aparte de patrimonio, la ciudad emana dinamismo y cordialidad por los cuatros costados. Las calles del conocido como “Barrio Húmedo” están plagadas de bares y mesones con buen ambiente, donde pueden degustarse las famosas tapas de León que el hostelero ofrece de forma gratuita a los clientes cuando piden la consumición.

Mención especial merece el nuevo León con el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, MUSAC, a la cabeza, todo un referente artístico internacional, y el Auditorio con el que se potencia la programación cultural.

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