Fue tradicionalmente la zona de Ancares una ubicación en la que el hierro tuvo protagonismo comercial y artesanal. Tal es el caso, que se estima que hacia el año 1.172 el obispo de Astorga concedió a sus canónigos cobrar el diezmo por la extracción de este metal en la región.
En el caso de la llamada “A Ferreira” de Tejedo, no es sino hasta 1.788 que los vecinos de los pueblos de Pereda y Tejedo concedieron los permisos para la construcción de este edificio de actividad metalúrgica, alimentado por una mina medieval.
La explotación tenía un canal superior (bancillo) desde donde la fuerza hidráulica accionaba las ruedas que movían los fuelles y el mazo, en un sistema parecido al de la herrería de Compludo, a la que supera en tamaño. Próxima a dichas estancias, se situaba una carbonera para alimentar el fuego de la fragua; y desde varias bocaminas se transportaba el mineral en carros de bueyes.
Tejedo de Ancares está situado a 960 m, y es la población más alta de las del Valle de Ancares. Llegamos fácilmente desde la cercana Candín (a unos 5 Km) por la LE-4211. La herrería está situada en una pradera junto a esta misma vía, recorriendo un kilómetro desde Tejedo.
Su restauración sigue en proceso y en sus alrededores se han colocado diversos paneles explicativos: pero ya es digna de visitarse por su tamaño e importancia en la economía de la comarca. Si desde ella seguimos camino hasta el puerto de Ancares (a 7 Km) encontraremos una tranquila área recreativa junto a la Ermita de la Magdalena. Desde esta también podremos realizar preciosas rutas como la que nos conduce a las cascadas en el nacimiento del río Cuiña.