A la entrada, un crucero con las figuras de Santiago Peregrino y Cristo Crucificado da la bienvenida a los caminantes.
De su patrimonio resalta la ermita del Divino Cristo. La antigua, de la que no se conservan restos, fue apodada de la Vera Cruz. Era de 1662 y costó 300 reales. La actual, que conserva la campana original, es de reciente construcción y presenta unas dimensiones similares a la anterior, con espadaña semejante y el mismo campanín.
Destaca la iglesia parroquial de Santa María, de planta rectangular con cúpula sobre trompas. Sobresale el retablo mayor con bellos adornos de cariátides y atlantes y las imágenes de la Asunción del siglo XVIII y las de San Francisco de Asís y San Esteban.
Esta pequeña población no cuenta con albergue pero nos ofrece dos bares y un restaurante rural.