El caminante o peregrino va dejando a sus espaldas las montañas, los bosques de robles, hayas y sabinas para adentrarse en la ribera, en sotos con choperas, huertas de hortalizas y praderíos de riegos.
Los hórreos, seña de identidad de la arquitectura popular de la montaña, son sustituidos por palomares de barro o adobes, material que distingue la arquitectura de piedra y madera típica de la montaña de la arquitectura del barro, propia de la ribera.
Atravesando Sorriba del Esla, con sus casas solariegas y puertas blasonadas, cruzamos el río Esla por el «Puente del Mercadillo», símbolo del paso entre la Montaña y la Ribera. Un breve descanso sobre el puente nos permitirá gozar de las vistas de las últimas montañas e imaginar, como en tiempos pretéritos, cómo los peregrinos eran recibidos por el pontonero, que se encontraba al servicio del puente y del hospital, hoy desaparecido, para atender a los pobres y a los peregrinos.
Rápidamente y ya en la localidad de Modino, nos encontramos con la ermita de San Pelayo, cruce de caminos y de culturas entre cristianos y sarracenos. Senderos y caminos faciles de andar nos acercan a Carbajal de Rueda, donde además de admirar la típica espadaña barroca de piedra con escalera de madera típica de la zona, se encuentra el santuario de la «Virgen Peregrina», donde el bordón y las conchas son elementos decorativos de tan bella imagen.
Nuestro camino nos conducirá en un plácido paseo hasta Villanófar, donde su iglesia esconde una imagen de Santiago Matamoros y unas pinturas de estilo Rococó, con la representación de los cuatro doctores de la iglesia.
Al final de este tramo del camino llegamos a Gradefes, lugar de descanso a la sombra espiritual del monasterio cisterciense de Santa María de Gradefes.
CISTIERNA (inicio de etapa)
GRADEFES (fin de etapa)
DIFICULTAD (CRITERIO M.I.D.E.)
Severidad del medio
1
Orientación en el itinerario
1
Dificultad en el desplazamiento
2
Esfuerzo necesario
3