La iglesia de Nuestra Señora del Rosario y su morador San Antonio caminante, junto con algunos hórreos reconstruidos (símbolo de identidad de los pueblos de la montaña) despiden al peregrino que se dispone a atravesar el viaducto de Riaño para comenzar otra jornada sin demasiada dificultad.
Carande se constituye en cruce y bifurcación de la antigua vía romana, conservando un retablo dedicado a San Hipólito así como la imagen de Santa María con el Niño que cruza las piernas. Por la antigua calzada llegamos a Horcadas, con impresionantes vistas a Las Pintas, El Jaido y Aguasalio, todos ellos con altitudes próximas a las 2000 m. Dejando atrás Horcadas y a su santo protector San Miguel Arcángel, llegamos a Las Salas para iniciar la Calzada Romana o atravesar el Sabinar hasta Crémenes.
Crémenes conserva tesoros ocultos, como la antigua iglesia de San Miguel, tal vez única en el mundo, con un establo de diez pesebres de vacas, así como un hórreo contiguo y el herrador. La neorrománica iglesia actual conserva en su interior una imagen de San Miguel procedente de la citada iglesia.
RIAÑO (inicio de etapa)
Área recreativa: Ermita Virgen de Quintanilla
CARANDE (4,70 km)
HORCADAS (7,69 km)
Áreas Recreativas
Entrada pueblo de Horcadas
Mirador de Huelde
LAS SALAS ( 12 km)
Área recreativa: Las Salas
CRÉMENES (fin de etapa)
Área recreativa: Ermita de Pereda
DIFICULTAD (CRITERIO M.I.D.E.)
Severidad del medio
1
Orientación en el itinerario
2
Dificultad en el desplazamiento
2
Esfuerzo necesario
4