El precioso valle de Fornela, de origen glaciar, es considerado por algunos autores como una subcomarca de los Ancares. Formado por el curso alto del río Cúa, en su entorno se ubica uno de los yacimientos arqueológicos prerromanos más singulares de El Bierzo: el Castro de Chano.
Este castro está ubicado en la mitad de una ladera, en una clara situación de dominio estratégico sobre las tierras de pasto y cultivo circundantes. Estuvo ocupado por pueblos astures entre el siglo I antes de Cristo y la primera mitad del siglo I d.C.. Hoy día podemos visitar estas construcciones de planta circular que entroncan con la cultura castreña del Noroeste. El abandono del castro se produjo súbitamente por causas aún desconocidas, y en sus viviendas se han encontrado algunas cantidades de monedas (pequeños tesoros).
Son construcciones que podían alcanzar hasta 5,5 metros de diámetro, con muros de 60 cm de grosor. La puerta de entrada era la única abertura, que se encontraba elevada sobre el suelo. Hablamos de edificaciones de tipo doméstico, en cuyo centro se colocaba el fuego u hogar: sobre una gran losa de pizarra, jalonada por lajas de piedra inclinadas.
Próximo al castro existe un Centro de Interpretación, gracias a cuyo trabajo se ha podido recuperar el yacimiento y los teitos (cabañas con techos de paja) para las visitas turísticas. Conviene concertar visita previa, especialmente fuera de temporada estival.
Hoy día sigue siendo uno de los castros mejor conservados de España: si bien lleva desde 1994 declarado como Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica. Llegaremos a él tras una caminata corta y con poco desnivel, desde el área recreativa del Castro, a menos de 2 Km de la población de Chano.