Su imponente imagen, esbelta y vigilante, en lo alto de un escarpado cerro, domina la localidad y la vega del río Esla.
Fue construido en el siglo XV por los Acuña, Condes de Valencia, sobre las ruinas una fortaleza anterior, la destruida por Almanzor y es un referente peninsular de la arquitectura gótico-militar.
De grandes dimensiones y belleza, su nombre es en honor al apelativo con el que se conoció durante los siglos XI y XII a Valencia de Don Juan, Coyanza, antigua población de origen romano.
Flanqueado por torreones que parecen torres y enmascaran la torre del homenaje, adornada en sus esquinas y frentes por torrecillas circulares y con decoración gótica en una de sus ventanas. En este lugar se celebró el Concilio de Coyanza en el 1050.