Dominando el valle, desde lo alto de la colina que se eleva allí donde convergen las aguas del río Balboa con las del Arroyo Areal, resiste vestido de ruina el Castillo de Balboa.
No existen datos determinantes sobre su fecha de origen. Algunos apuntan que se levantó allá por el siglo XIII sobre un castro celta-astur. No obstante, las primeras referencias halladas corresponden al siglo XIV.
A pesar de que solo resiste en pie la torre del homenaje y algún resto de sus muros, preserva su carácter señorial. Perteneció al adelantado mayor de Galicia en el siglo XIV. De los Rodríguez de Valcárcel pasa a manos del Conde de Lemos, de la gran familia de los Osorio, en el siglo XV, hasta que un siglo después queda en posesión de los marqueses de Villafranca que lo vendieron a los Reyes Católicos que lo incorporaron a la Corona de León.
Este castillo cuenta con el reconocimiento de Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1949 y puede visitarse libremente.