Quiere la tradición que el Botillo naciera en algún lugar apartado de las montañas del Bierzo. Hecha la matanza, se separan las costillas, los huesos de la cabeza y el rabo, se cortan en pequeños trozos y se adoban para introducirlos después en grandes tripas.
El proceso culmina con el ahumado. Así quedó fijada y así ha llegado a nuestros días una receta que cada generación ha heredado de la anterior, un plato cuya preparación no tiene secretos. Basta cocerlo a fuego lento envuelto en un paño para evitar que se rompa. Un botillo que pese un kilo deberá cocer entre dos horas y dos horas y media. Treinta minutos antes de su plena cocción se incorporan las patatas y la verdura. Pinchamos el Botillo para que suelte su salsa roja, que dará color, aroma y sabor a las verduras. Se sirve todo en una fuente de barro.