A pocos kilómetros de Torre de Babia, en el municipio de Cabrillanes, se encuentra esta masa de agua formada por el deshielo en los picos cercanos y que bebe del Arroyo Torre. Una cubierta de algas, especialmente en meses menos fríos, aparece en su superficie dotándole de esa apariencia que también hace honor a su nombre.
La propia laguna se enclava a 1.750 m, rodeada de montes de más de dos mil de altura: como el pico Montihuero, la Aguja de las Coloradas, o peñas como la Chana o Los Años.
Geológicamente hablamos de que está situada en un circo glacial: una depresión que, con el lento proceso de movimiento de hielo entre las laderas, provoca esa característica erosión de las rocas. La laguna no tiene una gran profundidad, a diferencia de otras masas de origen glaciar, ya que en su fondo se acumulan el pedregal y materiales arrastrados desde las faldas cercanas, que han ido rellenándolo.
La conocida Ruta de las Lagunas de las Verdes nos conduce por 11,5 km desde Torre de Babia, donde podemos ver las ruinas de su torre medieval, para posteriormente cruzar el arroyo Torre. A través del recorrido, que también a veces se realiza a caballo, pasearemos entre prados, majadas y veredas de ganado: con cierto desnivel, pero por pistas bien marcadas. Se recomienda ir bien abrigado y llevar bastante agua, dado que no hay fuentes durante el recorrido.
El entorno de esta laguna nos ofrece una vista sin par de esta zona de la Reserva de Babia, con la posibilidad de ascender también a los picos colindantes. Podremos disfrutar de su flora y vegetación, que revive en primavera, y de su patente pasado trashumante. Además de observar diversos tipos de aves: de pastizales, roquedos y acuáticas. Y en sus orillas también descubrir anfibios como los fascinantes tritones. En todo caso, se ruega al visitante respetar al máximo el entorno y sacar fotografías sin interferir en la vida vegetal o animal de este admirable enclave.