El haya es una de las especies arbóreas que mejor se adaptan a las condiciones de vida con escasa luminosidad, de ahí que el Valporquero, su hayedo, se extienda principalmente por las laderas orientadas al norte. En cuanto a la estructura de este bosque, cabe destacar que en parte también está determinada por la gran actividad kárstica registrada en la zona.
De este modo, fenómenos como la existencia de pequeñas depresiones del terreno por las que penetra el agua, determinan la presencia de suelos poco profundos que limitan el creciente arbolado y posibilitan la aparición de claros.
Además, hay que tener también en cuenta que, por sus características, intrínsecas, el haya influye decisivamente sobre la vegetación que tiene a su alrededor. Así, el acebo es uno de los poco árboles capaces de sobreponerse a este déficit, sirviendo además, en Valporquero, como refugio invernal para la fauna cuando las hayas muestran sus ramas desnudas, e incluso como fuente de alimento.